Siempre que digo que estoy en Australia para todos suena como un lugar inhóspito lleno de animales peligros y alejado de todos lados. Lo ultimo definitivamente es verdad, es un lugar muy muy lejano, pero contrario a lo que muchos imaginan, Australia es un lugar lleno de lugares impresionantes.
El océano aquí esta cargado de una magia particular, aun recuerdo la primera caminata en la montana y mi encuentro con esa majestuosidad, el inmenso mar ante mis ojos con una brisa que inspira, ese olor a libertad que por fin sentía de nuevo.
Caminar por las calles de Melbourne es un agasajo, es una ciudad bohemia, donde todo pasa rápido, pero en una organización que es complejo sentir el tiempo, jamás había visto una puesta de sol pasadas de las 10 de la noche y St. Kilda me lo regalo. En Sydney jamás terminas de encontrar nuevos senderos, esta lleno de caminatas a lado del océano, cruzando grandes parques nacionales, esta ciudad me ha hecho una apasionada de caminar, de descubrir, de sentarme y dejarme sorprender por lo majestuoso que es el mundo.